Tronos y votos

Hay quienes hablan con fervor (a favor y en contra) del referéndum y los hay que solo piensan en practicar el windsurf o en el viaje a Costa Rica

Una escena de ’Juego de Tronos’. / HBO

En la terraza de un bar de Rambla Catalunya, asisto a una conversación entre ejecutivos y ejecutivas a la hora del desayuno. Los hombres, todos los hombres, están animados y hablan del primer capítulo de 'Juego de Tronos', y las chicas, todas las chicas, ponen cara de no entender nada. Es una anécdota: conozco a muchas mujeres que saben las trifulcas de los Lannister y a unos cuantos hombres que no tienen ni idea.

Pero volvamos al desayuno. Los machos, requeridos por una de sus compañeras de mesa, tratan de explicar los conflictos del Norte y de Poniente, las tribus salvajes de zombis que acosan Invernalia, las maquiavélicas razones de una que se llama Cersei y que se parece a lady Macbeth y todas las relaciones familiares, políticas y sexuales que intervienen en la serie. Enseguida, la cara de las chicas permite suponer dos cosas. Primera, no entienden nada; segunda, no tienen ninguna intención de profundizar en la trama. Los chicos, a la suya, entusiastas, hablan de Arya Stark y de su venganza, de Jon Snow y de Daenerys Targarien. Y de ese actorazo que ahora no sé cómo se llama y que hace de duende en el anuncio de Estrella Damm.

Pasa igual con el referéndum. Hay quienes hablan con fervor (a favor y en contra) y los hay que solo piensan en practicar el windsurf o en el viaje a Costa Rica, que son destinos estivales extraídos de la conversación. No les cuentes nada, a todos estos, del 1 de octubre. No lo ven o, en todo caso, lo ven muy lejano.