Rumba militar

El dueño de un cámping de L'Escala alquiló a efectivos armados del Ejército y la Guardia Civil como "un elemento más de animación" para los clientes

Fuerte oleaje en la playa de L’Escala. / ACN

En el 2015 hizo su última actuación. Carles Bisbe es sobrino del famoso Gitano de la Costa Brava, aquella figura mítica que fue amigo de Dalí y de Carmen Amaya, de todas las celebridades que pasaron por el Hotel Llafranch en los días gloriosos de vino y de rosas, impulsor del flamenco y de la rumba. Carles Bisbe, sin embargo, es más de Rambo que de rumba. Durante 25 años se disfrazó de Stallone en la guerra de Vietnam y desembarcó, por tierra, mar y aire, en la explanada de la playa donde está el hotel, ante la expectación y el entusiasmo de miles de personas.

Después, ataviado a la manera militar (de feria) y maquillado de camuflaje, Bisbe elaboraba un cóctel a partir de la receta de su tío, una tisana hecha con cointreau, licor de melocotón, coñac, zumo de naranja, zumo de piña, cava y angostura. La empresa murió de éxito. Bueno, murió porque las autoridades prohibieron tanta fiesta y tanta exhibición bélica.

Pero Bisbe tiene sucesores. El dueño de un cámping de L'Escala ha alquilado a efectivos armados del Ejército y la Guardia Civil como "un elemento más de animación" para los clientes. Y las Fuerzas Armadas han dicho que sí y han desembarcado frente al cámping y han hecho maniobras militares, con soldados de verdad y lanchas ligeras y con armas de verdad, con la notable asistencia de los mandos y del subdelegado del Gobierno español. No hay constancia de que después se sirviera un cóctel, pero nunca puede descartarse un cóctel.