Valverde, sereno y normal

Ernesto Valverde saluda hoy en la explanada del Camp Nou. / EMILIO PÉREZ DE ROZAS

Cosas que hemos aprendido de Ernesto Valverde de su primera comparecencia masiva. No frecuentará los golpes de descortesía hacia aquellos que le preguntan con mejor o peor criterio y no alimentará el circo de los clics y las tertulias con conflictos gaseosos. Valverde se presentó como un tipo sereno y normal. Sin pretensiones de hacer creer que esconde trucos de genio. Sin ganas de crearse un perfil sofisticado. Sin frases populistas. 

El discurso es monotonal; la ironía, minimalista; la sonrisa, tímida. Genera una empatía desde la discreción y la proximidad y, por ello, costará criticarle e importunarle. Los resultados y el estilo de juego acabarán por limar o reforzar las simpatías, pero Valverde parece destinado a convertirse en la figura de encuentro entre aquellos que encuentran una incompatibilidad en ser guardiolista y luisenriquista.

Valverde carece del físico y la proyección verbal de una estrella mediática. Florentino Pérez y sus ayudantes de márketing no sabrían cómo sacarle rendimiento en el mercado asiático. No hay vanidad, no hay orgullo volcánico, emerge la sencillez y una autoestima natural. Nada parece forzado. Y desde esa naturalidad se espera que rearme al Barça. Cada entrenador es como es y cultiva sus manías, pero en este caso sorprendería tener que relatar decisiones de capricho sobrevenido y apuestas impostadas de técnico con ganas de dejar un sello a toda costa.

"PADRE DE LAS DERROTAS"

Habló Valverde de dar una vuelta al estilo, pero con el tacto de no herir a su predecesor con soluciones grandilocuentes. Habló de "generar emociones", pero sin olvidarse del imperativo de los resultados. Habló de ser "el padre de las derrotas" y también de "infligir a los demás" el sufrimiento que como rival del Barça en el Athletic ha padecido estos años. O sea, humildad y ambición a la vez.

Es imposible adivinar cómo jugará el nuevo Barça. Los fichajes nos darán algunas pistas. Pero parece garantizado que con Valverde el club ha apuntalado el sentido común. No sobra.