Dos miradas

Rendición

El campamento de inmigrantes de Grande Synthe en Francia ha ardido en su totalidad y 1.500 personas han perdido lo único que tenían. ¿Cuánto sufrimiento puede tolerar una persona sin dejar de sentirse humana?

Un bombero trabaja en la extinción del incendio del campamento francés de inmigrantes de Grande Synthe. / EFE / THIBAULT VANDERMERSCH

¿En qué momento se rinde una persona? ¿Cuánto tiempo se puede vivir bajo las bombas? ¿Cuántos rezos se necesitan para mirar a tus hijos mientras oyes caer el proyectil? ¿Cuántos kilómetros se pueden recorrer temiendo ser asaltado, violado o asesinado? ¿Cuántas noches rezando por un cobijo, sin nada más sólido que unos metros de tierra hostil sobre la que derrumbarse? ¿Cuántos días con hambre? ¿Cuántos muros pueden alzarse que separen un presente insoportable de un pasado plagado de vida? ¿Cuántas celebraciones, cumpleaños, bodas, nacimientos pueden olvidarse?  

¿Qué proporción del cuerpo se puede anestesiar? ¿Los ojos para no ver la oscuridad del mar? ¿Los pies para no sentir la dureza del camino? ¿La piel para no morir de frío? ¿Cómo acallar el miedo a otra frontera cerrada? ¿Cómo reprimir la impotencia de no tener la posibilidad de trabajar? ¿Cómo permanecer varado en cualquier lugar, rodeado de desconocidos, sin volverse loco? ¿Cuánta angustia se puede tragar por no poder ofrecer un futuro a los hijos?

¿En qué momento llega la rendición absoluta? Quizá hoy. Cuando después de años de sufrimiento, de padecer todas las plagas de la humanidad, la cabaña en la que vives con tu familia queda reducida a cenizas. El campamento de inmigrantes de Grande Synthe en Francia ha ardido en su totalidad  ha ardido en su totalidad y 1.500 personas han perdido lo único que tenían. ¿Cuánto sufrimiento puede tolerar una persona sin dejar de sentirse humana?