MIRADOR

¿Qué pasó con Los Manolos?

Como el maquillaje y la purpurina de Roxy Music, los trajes y peinados atroces de Los Manolos podrían haber evolucionado a lo largo de una carrera que prometía lo suyo

El grupo Los Manolos, tras anunciar su regreso por el 25º aniversario de los Juegos Olímpicos de Barcelona. / EFE

Cuando la Barcelona olímpica, allá por el pleistoceno, Los Manolos sacaron un primer disco formidable y un segundo que dejaba bastante que desear. Fueron famosísimos durante un breve lapso de tiempo y luego, prácticamente, desaparecieron, como si solo fuesen lo que algunos indocumentados les acusaban de ser: un chiste, una broma de escaso recorrido que había dejado de tener gracia. Lo mismo se llegó a decir de Martirio, pero la cantante andaluza no se dejó impresionar por las críticas y ahí la tenemos todavía, en plena forma, tras haberse labrado una carrera de lo más coherente que iba bastante más allá de las peinetas y las gafas de sol.

También Los Manolos, pienso yo, iban más allá del jolgorio, la pata de elefante y la visión lolaila de la existencia: su versión de 'El meu avi' era gloriosa, y la de 'La noche del hawaiano' me sigue gustando más que el original de Peret, como pude comprobar hace unos días, al volver a escuchar aquel estupendo primer disco y volver a lamentar que el esplendor del grupo durara tan poco: allí había talento y se contaba con material a cascoporro pare meterle mano; y, sin embargo, por los motivos que fuesen, el grupo se disolvió y pareció imponerse la tesis de que solo habían sido un bromazo.

Leo que ahora publican un nuevo disco, aunque solo incluye un par de temas nuevos y casi todo consiste en refritos de sus grandes éxitos en colaboración con unas cuantas 'celebrities'. Dicen que vuelven a la carretera –de lo cual me alegro–, pero nada apuntan sobre nuevas y trepidantes versiones de grandes clásicos –lo cual me decepciona un poco, pues creo que bajaron la persiana demasiado pronto.

Como el maquillaje y la purpurina de Roxy Music, los trajes y peinados atroces de Los Manolos podrían haber evolucionado a lo largo de una carrera que prometía lo suyo. Como Gato Pérez, habían reinventado la rumba, sin componer –cosa que podría haber acabado sucediendo–, pero aplicándole una inventiva, una energía y un ingenio francamente notables, como demostraron llevándose a su terreno una canción de los Beatles, una habanera del coronel Ortega Monasterio o una cima del 'kitsch' como 'Amigos para siempre'. ¿Será este regreso algo más que un intento de rentabilizar la nostalgia?