Dos de los nuestros

Tras la delación de Millet y Montull, el cuento que nos contarán es que tres tesoreros de CDC cobraron comisiones por obra pública a espaldas de Mas

El expresidente de la Generalitat Artur Mas, el pasado 27 de febrero en Madrid. / AGUSTÍN CATALÁN

Érase una vez una fuerza política dirigida por gente cabal que siempre ajustó sus gastos a las subvenciones públicas que recibía. Un partido que gobernó Catalunya durante tres décadas sin que nadie, absolutamente nadie, metiera la mano en la caja, ni tampoco desviase a sus arcas ni un solo euro de los contribuyentes. Unas siglas impolutas que recibieron millonarias donaciones de empresas privadas que, oh casualidad, antes o después obtenían jugosas adjudicaciones de la Generalitat, pero sin que unas y otras guardasen relación alguna.  

Cada cual es libre de creerse el cuento que mejor encaje en su imaginario, pero tarde o temprano ese relato deberá mirarse cara a cara con la verdad. Y la verdad es que los tres tesoreros que ha tenido Convergència durante los últimos 20 años --el fallecido Carles Torrent y los imputados Daniel Osàcar y Andreu Viloca-- están judicialmente señalados como artífices de una trama de financiación irregular basada en el cobro de comisiones ilegales a cambio de obras públicas. Una acusación que ya no formula la pérfida fiscalía o malévolos jueces conjurados contra el 'procés' independentista, sino prohombres catalanistas como el expresidente del Palau, Fèlix Millet, y Jordi Montull. Dos de los nuestros.

EL CORTAFUEGOS

Tras la delación de Millet --"el dinero iba a CDC a cambio de obra pública"--, Montull ha cifrado el latrocinio: "Pasamos del 3% al 4% porque Convergència quería más dinero"Las evasivas de Osàcar, cortafuegos convergente, han dado pie a que Artur Mas proclame su propia inocencia frente a quienes "estuvieron robando dinero del Palau". Ocho años ha tenido el presidente de CDC, y ahora del PDECat, para denostar a los saqueadores del Palau, pero ni un solo reproche público ha salido de su boca... mientras ellos han guardado silencio.

El 'caso Palau' y la investigación del 3% acreditan un modus operandi consistente durante muchos años; solo varían el porcentaje de las mordidas y el método de cobro. En vez de fingir que no sucedió, o que sucedió sin su conocimiento, Mas debería dar, ahora sí, un paso atrás definitivo que libre al PDECat de tan pesado lastre.