Dos miradas

El PSOE hoy

De la capacidad de los socialistas para aportar audacia, respeto, reconocimiento y generosidad depende su futuro y, quizá, el de España

La sede de RecuperaPSOE, en la calle de Ferraz de Madrid, a 600 metros de la sede oficial del partido. / AGUSTÍN CATALÁN

¿Un reflejo? ¿Un síntoma? ¿Parte del problema o una pieza de la solución? ¿Qué es hoy el PSOE? Después de años de transmutarse en aguas superficiales, incapaces de calar en las necesidades de tantos, se enfrenta a un futuro que trasciende a sus siglas. Para empezar, el encaje con el PSC dirá mucho no solo de su concepción de España sino de la propia viabilidad del país. En el 2012, Pere Navarro aseveró que España sería federal o no sería. La situación actual no invita a muchas más soluciones en un marco de concordia. La crisis territorial no se resolverá con inmovilismo ni con prepotencia.

Pero las crisis son múltiples. En un mundo que se ha tornado inmediato para los consumidores, el ejercicio de la ciudadanía persiste encorsetado en una dinámica decimonónica, limitado a una votación periódica que ni siquiera es garantía de cumplimiento. La crisis de representación política y el descrédito de las instituciones laceran la democracia. También en Catalunya, donde tan a menudo se habla en nombre de una parte como si fuera el todo. El PSOE puede conformarse con una lucha cainita por el poder del partido hasta la irrelevancia total o comprometerse en la transformación democrática del país. Ese camino solo podrá hacerlo con otras fuerzas de izquierda (difícilmente ninguna será hegemónica). De la capacidad del PSOE para aportar audacia, respeto, reconocimiento y generosidad depende su futuro y, quizá, el de España.

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