La Assemblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural han lanzado una desafortunada campaña para pedir a sus militantes y simpatizantes en Vic que exhiban en la cabalgata de Reyes de mañana unos farolillos con la estelada y tantas banderas como puedan. El motivo es aprovechar que el evento va a ser retransmitido por TV-3, la televisión pública de Catalunya, que debe estar al servicio de todos los catalanes y no solo de los que desean la independencia.
Esta iniciativa es triplemente desafortunada. Intentar politizar una fiesta popular, y más una celebración festiva, es impropio de quienes dicen defender la libertad y la democracia. Alegar que se trata de una «tradición» cuando solo tiene cuatro años de existencia es directamente un despropósito. Y buscar cuota de pantalla en la televisión pública es execrable, y más cuando el independentismo no tiene problema alguno para acceder a los espacios informativos y de opinión de la televisión pública.
Si realmente la exhibición de los farolillos es un acto espontáneo, harían bien la ANC y Òmnium en retirar su campaña, que convierte lo popular en un acto proselitista ante un público mayoritariamente menor de edad y que exige la mayor protección posible. Y huelga decir que lo que vale para el independentismo debería ser extensible a cualquier forma de manifestación ideológica en las cabalgatas de Reyes, sea para defender causas más o menos mayoritarias, o más o menos políticamente correctas.