George W. Bush (el hijo) acude al psiquiatra.
-Dígame… ¿qué le preocupa?
-Mire doctor, que me siento acomplejado por el enorme talento de Trump.
-Cuénteme…
-Mire qué frase: «Podría disparar a gente en la Quinta Avenida y no perdería votos». Nunca se me habría ocurrido algo tan genial.
-Entiendo, señor Bush, pero piense que este talento es muy excepcional. No se compare con Trump.
-Ya, doctor, pero mire esta otra frase: «Establecería el ahogamiento simulado para los sospechosos de terrorismo». Es pura poesía. ¿Por qué yo no tuve la brillante idea de decirlo en público?
-Señor Bush, el arte de Trump se lleva en la sangre. Es casi genético.
-Es un puto artista, doctor. Mire esta creación: «Pido el bloqueo completo y total a la entrada de musulmanes en EEUU».
-Reconozco la brillantez mental de Trump, pero no se mortifique.
-Pero doctor, si hasta Aznar tuvo su frase de oro: «Quién es el Gobierno para decirme cuántas copas debo beber para conducir. No pongo en riesgo a nadie».
-Es verdad… 'in vino veritas'. Ahí estuvo fino el hispano.
-Mire doctor, aquí Trump roza la perfección: «Cuando eres una estrella puedes hacer cualquier cosa. Agarrarlas por el coño, lo que quieras».
-Señor Bush este camino solo le lleva a la frustración. Trump es único y formidable y usted no puede luchar contra tanta inventiva.
-Pero doctor, es que además ha proclamado que no le gustan las mujeres «cerdas guarras, perras, patanes y animales asquerosos».
-Sensacional. Mire, Trump es Mozart y usted es Salieri. Asúmalo, sea feliz y sobre todo no recaiga.
-Pero doctor, observe esta ocurrente obra de arte: «El concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos, para volver a la industria manufacturera estadounidense no competitiva».
-Realmente Trump es el actual fénix de los ingenios...
-Estamos de acuerdo. Cuánta clarividencia doctor: «Este es un país en el que hablamos inglés, no español». ¡Qué perspicacia!
-Señor Bush, le voy a recetar un sedante… tiene que serenarse.
-Espere, espere… Trump es mi héroe: «Si yo llego a estar al mando, dudo que los terroristas del 11-S hubiesen entrado al país». ¿Lo ve?... ¡Que bellísima ucronía!
-Pura erudición, señor Bush, pero no se me venga abajo. Piense que más limitado era Tony Blair…
-No me hable del tontito traidor. Se cagó y pidió perdón por lo de Irak. En cambio, Trump... Mire qué frase: «México nos envía a gente que tiene problemas, que trae drogas, crimen…, que son violadores».
-¡Es un rapsoda, no se compare con Trump! Es como si yo me comparase con Freud. ¿Por qué se despeina?
-¡Quiero un peinado como el de Donald Trump!