La rueda

Francisco y Paco

Me emociona ver, en el funeral de Víctor Mora, a los dos Ibáñez juntos al advertir cuánto les debo

Paco Ibáñez se despide de la viuda de Víctor Mora en presencia de Francisco Ibáñez y del directivo del Grupo Zeta Román de Vicente (derecha). / JOSEP GARCIA

Coincidieron en el reciente funeral de Víctor Mora. En la foto, mientras Paco, siempre de negro, se inclina para besar a Armonía Rodríguez, viuda del escritor en silla de ruedas, Francisco conversa, grisáceo y desplanchado, con un directivo del Grupo Zeta de americana informal y vaqueros.

Comparten nombre y apellido, residen en Barcelona, se expresan en castellano y, viéndoles juntos por primera vez, me emociono al advertir cuánto les debo. Francisco (79 años) dibujó por primera vez a Mortadelo y Filemón en 1958, cuando yo contaba 3 añitos. No leí 'El Quijote', pero sí, devota y semanalmente, las viñetas del jefe y el empleado de sotana y disfraces, y a ellos debo agradecerles, junto a algunos otros personajes tanto o más patosos que los citados, una mancha de color feliz en mi infancia de cielo nublado, unas tomas de jarabe absurdo e irreverente contra la tosferina franquista.

Y, ya en la adolescencia, llegó Paco (81), que en 1956 y alumno de Georges Brassens ya había puesto música al poema 'La más bella niña', de Luis de Góngora. El compromiso político de Paco no se limitó a cantar textos que molestasen al régimen franquista y excitasen a su público; Paco, sabio y elegante, optó por la más revolucionaria de las armas: la belleza. Los censores no podían prohibir que el lagarto de Lorca llorase, que galopase el caballo de Alberti o que 'Hermana Marica' se pusiese el corpiño para ir a la fiesta.

Ver a los dos Ibáñez juntos me hace sentir tan niño como ellos. Probaré a leer a Pepe Gotera con letra de Jorge Manrique y a Otilio recitando a León Felipe, a ver qué pasa. ¿Quién habló de cultura y subcultura como agua y aceite, imposibles de juntar? ¡Qué premio poder cruzarte por las calles de tu ciudad con este par de Ibáñez! Los premios que Paco nunca ha aceptado ni Catalunya ha ofrecido a Francisco.