Tras el Sónar+D, el In(3D)ustry. Barcelona estrenó ayer en la Fira un nuevo salón que aspira a ser, al igual que el vinculado a la música electrónica, la referencia mundial de su sector, en este caso la impresión en tres dimensiones, uno de los campos de más futuro -si no el que más- en el terreno tecnológico. Los apenas 25 estands de la muestra no pueden conducir al equívoco de que se trata de una actividad que solo afecta a unas minorías: es el volumen de empresas que corresponde a un sector incipiente y una feria que empieza, pero que reúne a firmas punteras de España, Alemania y EEUU. La cita permitirá comprobar que la tecnología 3D no es algo elitista con aplicación solo en entornos sofisticados, sino que cada vez va a haber más objetos de la vida diaria fabricados mediante este proceso y -dato clave- que los particulares podrán participar de él en sus peldaños menos complejos. Ámbitos como la salud, la automoción, la aeronáutica o la arquitectura han empezado a experimentar profundos cambios con la tecnología de adición, que se calcula moverá unos 20.000 millones de euros en el mundo en el 2021. Su expansión es imparable y significará una revolución en los procesos de fabricación industrial. Si internet ha cambiado nuestras vidas, la impresión en tres dimensiones multiplicará esa transformación. Que Barcelona, a través del salón In(3D)ustry, tenga protagonismo en este cambio de paradigma es muy positivo y la afianza como ciudad de referencia a nivel internacional.
La impresión en 3D se cita en Barcelona
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