Conexión

El diccionario tiene tantos sinónimos de loa como de menosprecio. Por razones de orden alfabético, la L precede a la M, y por falta de espacio se pueden haber perdido muchos peros a la gestión de Alierta en favor de aplausos, alabanzas y demás sinónimos de loa. Lo más desapasionado sería recordar que aquel buen funcionario de élite (agente de bolsa) que presidía una compañía que solo distinguía entre rubio y negro, con o sin filtro, supo aterrizar en una compañía falsamente privatizada por Aznar (otro funcionario de élite) y conseguir mantenerla a flote hasta hoy. Ciertamente, lo consiguió por ser compañía regulada y controlada por el Gobierno (Alierta no sometió el cargo al consejo de administración tras la privatización) y con la galante expansión por las américas de la misma lengua (pretiriendo la expansión estratégica en Europa), gracias a las férreas tarifas que garantizaron ingresos fijos y un mercado casi cautivo. La Telefónica de Alierta sobrevive y tiene posición dominante en no pocos mercados.

Con todo, es un mérito respetable, sobre todo si se recuerdan casos similares y de la misma época con resultados nefastos del centralismo intervencionista como la Endesa de Manuel Pizarro. Hay relevo en Telefónica antes que en Moncloa. No será el último. El Ibex sabe más.