tú y yo somos tres

Cristina busca inseminador

Está pasando una cosa muy tremenda en Velvet (A-3 TV). Alberto, el estupendo pollastre protagonista de esta producción -mitad teleserie, mitad culebrón- le ha entregado a su esposa Cristina los papeles para solicitar la nulidad de su matrimonio. O sea, quiere quitársela de encima. Aquí lo tremendo, y muy meditable, es la reacción de Cristina. Asesorada por su concuñada Bárbara -una dama que todo lo que tiene de hermosa lo tiene de intrigante y enredadora- Cristina llega a la conclusión de que la única forma de parar la anulación es quedarse embarazada inmediatamente. Y como que ya no hace vida marital con su esposo, busca desesperadamente algún pollastre ocasional que la insemine sobre la marcha. O sea, anda a la caza de un amante, el que sea, que tenga buena puntería y que le deje la barriga como un bombo. Hombre, consideraciones éticas y morales aparte, hay que reconocer que como estrategia es formidable. Ruin si quieren, pero portentosa. Y Cristina va mirando a su alrededor en busca del inseminador ocasional y... ¿en quien se fija? pues en el pobre secretario que acaba de fichar, un joven agradable y discreto que se llama Víctor, ¡Ahh! Esta semana hemos visto cómo se le acerca, una tarde, al terminar la jornada laboral, y apretándose contra él le susurra: «Mi marido me engaña con otra. Se está aprovechando de mí y del dinero de mi familia. Desde hace meses ni siquiera me toca. Me siento muy sola, Víctor, muy sola» y apretándose aún más contra el cuerpo de aquel secretario ingenuo y bonachón, remata la seducción diciéndole: «¡Lo último que deseo ahora es perderte a ti también!». ¡Ahh! Víctor será cándido, ¡pero no es de piedra! Y como era de esperar, acaban los dos empotrados contra el escritorio.

EL '.CAT' Y LA INVESTIDURA

Veremos si utilizando a Víctor como semental francotirador, Cristina consigue retener a su marido. En el renovado programa .Cat (TV-3) Xavi Coral y Tian Riba le preguntaron a Josep Manel Busqueta si la CUP aceptaría finalmente investir a Mas como president. Le insistían con hermosa obstinación: «Si Junts pel sí acepta vuestras condiciones, ¿no apoyaréis la investidura? ¿no?»  Y Busqueta les repetía que de ninguna manera, que sobre este asunto la CUP no se ha movido ni un milímetro de lo que siempre ha dicho. Y añadió: «Esta cuestión, entre nosotros, ya ni siquiera la discutimos». ¡Ahh!La decepción que les sobrevino a Coral y a Riba, parecía profunda.

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