Editorial

Electricidad por horas

Desde ayer, más de seis millones de usuarios españoles han empezado a pagar la electricidad de acuerdo con su precio de mercado dividido en franjas de una hora (es decir, 24 al día o 720 al mes). Son aquellos clientes que mantienen la tarifa regulada, los que no han pasado (queriendo o sin haberse percatado) a las tarifas del mercado libre que ofrecen las empresas. De hecho, tampoco es toda esa franja de usuarios, solo cerca de la mitad que ya dispone de contadores inteligentes para registrar las horas en que se consume la energía. Esta iniciativa fue adoptada por el Ministerio de Industria y Energía para salir del paso cuando en diciembre del 2013 se disparó el precio de la electricidad en la subasta trimestral. Casi dos años después se pone en marcha este método, de muy difícil cálculo para los usuarios domésticos que intenten sacarle partido, y que tampoco supone ventajas para las eléctricas, obligadas a organizar un sistema informático muy complejo.

¿Y el beneficio? Los cálculos apuntan a una media de un euro al mes para los consumidores. ¿Es esta la única forma que hemos encontrado para abaratar el recibo? Tengamos en cuenta que la hipotética reducción se aplica solo sobre el 40% de la factura (el resto son impuestos y costes fijos) y que buena parte del consumo medio anual (por ejemplo, el frigorífico supone el 30%) difícilmente se puede regular por horas. En definitiva, nuevas medidas que tampoco aciertan a mejorar un mercado muy confuso.