Según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional la primavera del 2015 terminará mañana domingo 21 de junio. Ese mismo día, a las 18.38 hora oficial peninsular, comenzará el verano. Es decir, la vida sigue. Y con la vida, el ciclo de la vida. (He oído que a Laura Pérez, concejala del asunto, la llaman Hakuna matata. Me gusta. Suena optimista). Esta semana he despedido la primavera a mi aire. De las lluvias que han regado la despedida me quedo con algunas gotas:
Domingo, 14. Veo Viaje a Sils Maria. Otra película sobre los actores y sus neuras. Cinco en pocos meses, si sumamos Birdman, La sombra del actor, Maps of the stars y Molière en bicicleta. ¿Una moda pasajera? ¿Un nuevo género cinematográfico? A mi me vienen de perlas para constatar que no soy tan raro como creía y que los hay mucho más complicados que yo. Un consuelo. O no.
Lunes, 15. Cojo un taxi. En la radio suena una zarzuela Gigantes y cabezudos, con tempo de jota: «Si las mujeres mandasen/ en vez de mandar los hombres/ serían balsas de aceite/ los pueblos y las naciones». Muy a propósito para la mañana en que se estrenan Ada Colau y Manuela Carmena. Pienso que también mandaron Ana Botella y Rita Barberá, y la jota se me hace desafinada.
Martes, 16. Pateo las calles de Barcelona en mi estudio obsesivo de Sócrates para Mérida y el Grec. Al llegar a lo más alto de la calle Urgell, cerca de Francesc Macià, me sorprendo memorizando: «Avergonzaos de no haber pensado más que en acumular riquezas, adquirir créditos y honores, y despreciar los tesoros de la verdad y la sabiduría». Y me digo: listo Sócrates, clarividente Sócrates, vigente Sócrates.Miércoles, 17. Miquel Pujadó me invita a participar en su nuevo disco. Y me descubre un poema (Gaspar Hauser núm. 2) de Blai Bonet, que hago mío para el resto de mis días: «Que cadascú sigui titular de la seva vida./ Que cadascú sigui aguantat just pels seus dos-cents ossos./ Que cadascú visqui sense demanar permís per viure». Y así hasta 53 sublimes versos.
Jueves, 18. Veo en televisión al señor Rull anunciando el divorcio de Convergencia i Unió con una sonrisa de oreja a oreja y una alegría que se me hace sospechosa. Todo divorcio es un fracaso. ¿A qué viene esa sonrisa? Y mi scrabble particular encadena alegría con hipocresía, ideología, palabrería, bobería, desconfía...
Viernes, 19. Ya no llueve. Me siento a esperar el largo y cálido verano. Feliz verbena.