La rueda

Carta a mi alcalde/sa

En los próximos días tendrás que negociar con los otros candidatos ya electos el apoyo a tu investidura como alcalde o alcaldesa. Las mayorías absolutas, como el bipartidismo, son de otra época. Los ayuntamientos y el Parlamento catalán son multicolores desde hace años, y en nuestros municipios ya estamos acostumbrados a los gobiernos de coalición o en minoría con alianzas variables. Después de estas elecciones, se impone una urgente recomposición de puentes y el establecimiento de un diálogo sincero. Olvida los reproches y ataques de los días de campaña, y céntrate en el interés general al margen de los personalismos. Pon al ciudadano por delante de cualquier preocupación y no seas sectario con los equipos y funcionarios que te encontrarás en la institución. Su experiencia y profesionalidad resultan fundamentales, sobre todo si tus concejales son inexpertos o llegan con aire nuevo a la política. La voluntad política debe ir ligada a la solvencia técnica.

Si tomas la vara de alcalde/sa por primera vez, disfruta del orgullo que supone, disfruta del momento vital, pero escucha y habla mucho antes de tomar las primeras decisiones. Toda información es poca y sobra la intoxicación. No te dejes llevar por rumores, sospechas o intuiciones. Si estás ante tu segundo o tercer mandato en el cargo, evita la prepotencia. Es habitual que un alcalde/sa lo haga muy bien en el primer mandato, pero en el segundo o tercero muchos ediles empiezan a levitar en el despacho, su ciudad se les hace pequeña -algunos ambicionan consejos comarcales, diputaciones o parlamentos- y los vecinos se convierten en un incordio. De pedirles el voto a darles la espalda hay solo un noche electoral. Solo depende de ti que tus promesas y los sueños de tus electores se conviertan en incumplimientos o engaño.