Dos miradas

'Incerta glòria'

En 1950, el escritor francés Jean Cayrol publicaba un pequeño ensayo -'Lazare parmi nous'- en el que identificaba el testimonio de los supervivientes de la barbarie nazi con la figura de Lázaro, el resucitado. Habían conocido la muerte y volvían de su seno para ser testigos. Lo explica Xavier Pla en un texto largo y documentado donde pasa revista a la génesis de 'Incerta glòria' y donde analiza los referentes, la construcción literaria y la importancia artística y moral de una de las mejores novelas en catalán de todos los tiempos. Joan Sales es, para Pla, un Lázaro que «ha peregrinado entre las sombras» y que construye una obra grandiosa a partir no solamente de su experiencia bélica sino, y sobre todo, a partir de sus dudas existenciales, del desencanto de quien palpó la gloria de la juventud y después pudo comprobar, como ya avisaba Shakespeare, que de aquella belleza solar no quedaba nada: «poco a poco, una nube se lo lleva todo».

Ahora, esa historia que nos acerca al vacío, a la resistencia, al amor, al mal, es una pieza teatral de más de tres horas, un río contenido y canalizado pero igualmente devastador, caudaloso, inclemente y lúcido. Como dice Xavier Antich, «solo Àlex Rigola podía estar tan loco como para intentarlo». Suerte tenemos. Que esté así de loco el director escénico y que el Teatre Nacional de Catalunya haya apostado por esta locura conmovedora. Quien se acerca a 'Incerta glòria' ya no será nunca más el mismo que era antes. Hagan la prueba.

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Teatro