Pequeño observatorio

Ventajas del poderoso caballero

¿Puede haber una fuga más legítima y reconfortante que refugiarse en el mundo de la nieve?

Ya hace unos días que me lo estoy pensando: ¿No me convendría cometer algún delito un día de estos? Margarita Batallas nos dice desde Madrid a los lectores de este diario que Luis Bárcenas, acusado de tener escondidos más de 40 millones de euros en Suiza, ha sido autorizado a irse 14 días de vacaciones algunos de los cuales dedica a esquiar. Es uno de sus deportes favoritos. Ahora se encuentra en la nieve pasando unas vacaciones con la familia.

Es muy bonito eso de compartir el placer del esquí con la mujer y los hijos, y también es muy bonito tener 200.000 euros para pagar una fianza. Y ya es francamente satisfactorio que una familia pueda disponer de esta cantidad en solo 48 horas.

El lector comprenderá que este señor, con esta iniciativa, me convierta a mí en un infeliz que no sabe esquiar, que no hace vacaciones y que no tiene los dinerillos para pagar una fianza con tantos ceros. Sinceramente me admira que quien está sometido a juicio tenga el ánimo necesario para ir a esquiar. El juez le retiró el pasaporte para que no se fugara. ¿Pero puede haber una fuga más legítima y reconfortante que refugiarse en el mundo de la nieve?

Cuando yo estudiaba derecho, el profesor y experto jurista Pi i Sunyer acudía a menudo al recurso de hacernos conocer algunas de las sentencias latinas existentes sobre la justicia y el derecho. Me parece que las he olvidado todas, menos una: «La justicia es la voluntad constante de dar a cada uno su derecho». Todavía recuerdo el final de la sentencia en latín: «suum quique trubuere». Más o menos era así.

Pero no sé si, en nuestros días, esta norma se aplica siempre. Tengo la tentación de pensar que Quevedo no dejaba de tener razón cuando proclamaba: «Poderoso caballero es don dinero». Que nadie piense que considero ilegal que Luis Bárcenas pueda proponerse irse dos semanas a la nieve. Solo puede ser socialmente algo escandaloso.