No hace mucho, en una de esas cenas que se organizan en Madrid y que suelen ser más movidas que las que se celebran aquí, pude comprobar que en ciertos sectores se está preocupado con Podemos, que, al parecer, y por lo que se fue diciendo, prepara la peor de la maldades si llega a gobernar. Entre comentarios alarmistas y despreciativos, alguien dijo que quieren subir los impuestos a las rentas altas para que tributen el 70%. Lo que aún nadie se atrevió a vaticinar, es qué considera Podemos renta alta, no vaya a ser que las medias o medias- altas sean consideradas altas. Me dice un comensal algo asustado: «A ver dónde ponen esos justicieros el listón...».

Curiosamente, los declarados anti-Podemos no manifestaron que van a votar en las futuras elecciones generales. Eso sí, ninguno se manifestó a favor de los partidos tradicionales del sistema. Lo cierto es que motivos para negarles el voto se fueron encontrando. «¿A quién crees que deberíamos votar?», le pregunto a uno especialmente alarmado por la existencia de tanta coleta y tanta camisa a cuadros, y con la boca pequeña me responde que tal vez a UPyD o a Ciudadanos, partido este último, del que han oído campanas gracias al argumento antindependentista de Albert Rivera, que me parece un político listo aunque demasiado marcado en Catalunya por su condición negativa a todo lo que huela a separatismo.

En Madrid se cuecen muchas cosas, y a la gente le gusta decir que esas cosas las sabe y te las amplía, porque conocen a fulanito o a zutanito que está muy bien enterado de tal o cual asunto... Miren si sabe la gente las cosas que se cuecen que hasta me han contado el menú que José Bono le hizo a Pablo Iglesias el día que el 'justiciero' de Podemos fue invitado por el ahora aparente 'outsider' del PSOE. Al parecer, cocinó el propio Bono. El menú es lo de menos.