Mas en la comisión Pujol, un cacao importante

"El lunes tengo un cacao importante en el Parlament y tengo que estar en forma", decía ayer Artur Mas quitar hierro a la citación que tiene en la llamada comisión Pujol, la comisión de investigación sobre el fraude, la evasión fiscal y la corrupción política.  Cuando Esquerra ha forzado que tuviera que ir, el presidente ha preferido hacerlo cuanto antes mejor. Antes de que vaya el mismo Jordi Pujol, su mujer y sus hijos.

¿Es positivo que el presidente de tu país vaya a dar explicaciones sobre cuestiones relacionadas con situaciones oscuras? Obviamente, si su declaración ayuda a hacer crecer la transparencia y el juego limpio de las instituciones catalanas, bienvenido sea. Si, además, el presidente hace suya la máxima de "claro y catalán" y responde de pe a pa a las preguntas que se le dirijan, puede conseguir que la confianza perdida de la población en los dirigentes políticos pueda volver. E incluso Mas puede cambiar la situación creada, y salir fortalecido personalmente y políticamente.

No es nada fácil. Él mismo define la situación con una expresión simpática que refleja la dificultad: "cacao importante". Porque, si lo que intentan los responsables de los partidos es hacer de la comparecencia de Mas un espacio de ataque partidista dirigido a malograr tanto como se pueda a Convergència y él mismo, saldrán perdiendo todos, los partidos, las instituciones y Catalunya. Allí, en la 'meseta', se rozarían las manos. De un lodazal no sale nadie limpio, todo el mundo queda salpicado de barro. Es la hora de saber actuar con responsabilidad y perspectiva.