El orden, anterior a la democracia

Explica Rodolfo Martín Villa en sus memorias que su empeño en garantizar el orden público en el primer Gobierno Suárez «equivalía a garantizar el proceso a la democracia». La idea está recogida en un libro que ya es de referencia: La Transición franquista de Marta Rovira Martínez. Y resulta extremadamente sugerente para explicar la aprobación el jueves de esta ley mordaza con la que el ministro Fernández Díaz ha querido rendir tributo a su antiguo mentor. La calle ha de seguir siendo del Gobierno como dejó dicho el fundador del invento, don Manuel Fraga.

El orden como valor supremo, anterior a la democracia porque, como han dicho algunos, sin Estado de derecho, no hay democracia. La pregunta que nunca responden es si puede haber Estado de derecho sin democracia. Y no es un juego de palabras. De la ley a la ley pasando por la ley, dejo dicho don Torcuato Fernández Miranda. Eso fue lo importante. La dictadura y la democracia, para esta manera de ver España, son solo adjetivos. Lo sustantivo es la ley y el orden. Y si no les gusta les envío a unos inmigrantes «ilegales» a la puerta de casa. O les presento una querella.

Operación de estado

La ley mordaza es una de las patas de la operación de estado que el PP y sus afines en las empresas monopolísticas han puesto en marcha para el año electoral del 2015. Rajoy como garante del orden frente a Podemos, la traslación electoral de los pancarteros de Aznar según la propia confesión de Pablo Iglesias. Y Rajoy como garante de la recuperación económica frente a los vaivenes de Pedro Sánchez respecto a la protección de los intereses de los acreedores del Reino de España. Ese finalmente es el framework ideado por los bienpagados asesores de Rajoy. Ley, orden y prosperidad para los que aún tienen trabajo. La exclusión para el resto. Me temo que el invento no va a funcionar. El «España va bien» de Aznar es difícil de que cuele en un país con el 25% de paro, el 25% de economía sumergida y el 20% del PIB con un plan para largarse en 18 meses. España no va bien, basta mirar dos datos de este viernes: la caída de la bolsa y la inflación negativa. Orden y paro.