La pregunta no es tanto qué deben hacer Artur Mas y Mariano Rajoy como qué debemos hacer nosotros. Ellos están pasando del desencuentro al encontronazo. Ellos representan dos engranajes sin correa de transmision.Negociación a día de hoy, épsilon o el mismísimo cero. Los ciudadanos hacemos senderismo entre enormes ilusiones, bastante desconfianza y un cierto canguelo.

Mas y Rajoy siguen ofreciendonos nuevos capitulos de Lost (Perdidos) en plan legal .Cierto que Rajoy no se ha movido de su personaje y en cambio el voluble Mas parece alumno aventajado del Actors Studio. El uno, inmovil, y el otro, fintando. Pétreo Rajoy y liviano Mas. Como en Lost, cada cual va a su bola y el final no lo va a entender nadie.

A Rajoy le hemos pedido, por activa y por pasiva, que deje el valium existencial y se convierta en un estadista con lo que hay que tener: sangre y cerebro. Le hemos pedido que enmiende sus enormes boñigas. A Mas y a Junqueras les hemos pedido que no simulen obedecer a una ciudadanía a la que no dejan de recalentar. Han sido años de rocío político-mediático soberanista. No se hagan ahora los sorprendidos. De acuerdo, han logrado convencer a la gente, pero no hace falta que simulen la ilusión del boletaire. Es su obra, no la de la naturaleza.

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