Atónitos estamos ante la versión de El golpe que esta semana protagonizan el president y el cap de l'oposició con su maniobra de la publicación de la ley de consultas y la firma del decreto de convocatoria del referéndum de separación del 9-N. La firmeza del Gobierno anunciando recurrir ante el Tribunal Constitucional la ley de consultas aprobada el pasado viernes, así como el decreto que se dicte posteriormente convocando el referéndum, ha agudizado el maquiavelismo del Govern bipartit. Han ideado una estrategia ridícula de retrasar la publicación de la ley y la firma del decreto a lo largo de estos 15 días de margen que disponen para cumplir con los plazos de convocatoria. A día de hoy no se ha publicado la ley de consultas y Junqueras admite que está conforme con el tacticismo del Govern. Y lo hace, muy risueño él, en una entrevista radiofónica.

El paripé se extiende a los ayuntamientos catalanes, mayoritariamente a los gobernados por CiU y ERC. La que se ha venido en llamar la escuela de la democracia y la esencia de la política al servicio del ciudadano, el municipalismo, se suma también a la tarea de apoyar al bipartit.

Ayer en el pleno del Ayuntamiento de Barcelona se aprobó una moción de apoyo al referéndum del 9-N. Es el regalo de Xavier Trias para los barceloneses en las fiestas de la Mercè. El apoyo incondicional de Trias a Mas, del alcalde que le suministra soporte político y financiero, sufragando gastos de la Generalitat con el presupuesto de los sufridos ciudadanos de Barcelona.

Mientras unos emulan a Newman y Redford con una jugada abocada al fracaso, otros ejercen sus responsabilidades con proyectos que ayudarán a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, como hizo ayer la ministra Pastor, anunciando la puesta en marcha de una lanzadera que unirá el centro de Barcelona con la T-1.