Análisis

Siete lecciones de Escocia

El independentismo es a menudo la única palanca de que disponen las naciones sin Estado para mejorar de estatus

Primera: en el contexto de un gran país con democracia avanzada, tomar la decisión colectiva de separarse es más difícil de lo que piensan los líderes y partidarios de la independencia. El no de Escocia se suma al otro precedente aplicable, que es el de Quebec. Prudencia, pues, reflexión y parsimonia a los soberanistas que ya han iniciado un tipo de esprint final (que puede precipitar el final del proceso).

Segunda: los sondeos son, en casos como el que nos ocupa, poco significativos. Sirven más para confirmar o decantar el voto que para predecirlo. También animan a participar para contrarrestar o ratificar el resultado anunciado. Los sondeos son un factor clave, que influye en las decisiones de todos los actores en juego, empezando por los políticos.

Tercera: desde el punto de vista de las capitales centralistas, la combinación de la zanahoria y el palo funciona mejor que la negativa al cambio. Además de la campaña del miedo, la oferta acordada por los tres partidos británicos, y firmada por CameronClegg Miliband, ha sido probablemente la causa principal de la derrota de la independencia.

Cuarta: para evitar sustos entre los europeos, más habría valido que Cameron hubiera aceptado de entrada la triple pregunta propuesta por Salmond. Se habría ahorrado el tembleque y las prisas de última hora, y habría quedado mejor como estadista. Reaccionar con una oferta de mejora sustancial del autogobierno para conjurar la posibilidad de secesión no es de buen estadista. A la vista del resultado y de su posición, quizá tampoco habría hecho falta.

Quinta: la tercera vía puede aparecer en cualquier momento, sobre todo si quien la puede ofrecer se encuentra en riesgo de perder. Quienes la descartan completamente y en cualquier circunstancia harían bien en abrir una ventana de posibilidad a un giro por parte de Madrid si ve como real e inminente el riesgo de secesión catalana.

Sexta: Escocia no dispone de lengua propia con relevancia social ni de un sistema de comunicación con potencia equivalente al de Catalunya. A pesar de esto, Salmond ganó por mayoría absoluta y en algún momento ha ido por delante en las encuestas. Los independentismos no son un fenómeno despreciable.

Y séptimalast but not least: El independentismo es la gran palanca, a menudo la única palanca de que disponen las naciones sin Estado para mejorar de estatus ante el centralismo y el inmovilismo de las capitales.