La victoria del no en Escocia no ha sido ninguna sorpresa, aunque en las últimas semanas el pronóstico estaba bastante abierto. Los partidarios del sí han hecho una campaña brillante y, en cierto sentido, se puede decir que Salmond ha ganado. Ha conseguido su objetivo inicial: blindar el reconocimiento nacional de Escocia y reforzar su autogobierno. Quien indiscutiblemente ha ganado es Cameron, aunque sale políticamente debilitado. En compensación, la cultura democrática británica sale notablemente reforzada. La pregunta ahora es: ¿afectará el caso escocés al proceso catalán? La respuesta parece obvia, el proceso escocés ya hace muchos meses que influye sobre el proceso catalán. Los adversarios del soberanismo catalán insisten en que el caso de Escocia y el de Catalunya no tienen nada que ver. Y efectivamente hay diferencias notables. Pero la analogía más fuerte y determinante es que tanto Escocia como Catalunya son dos naciones históricas que perdieron sus instituciones de autogobierno a comienzos del siglo XVIII. ¿Cuáles son las diferencias? El peso demográfico o económico de Escocia dentro del Reino Unido es muy inferior al de Catalunya dentro del Reino de España. O bien, Catalunya mantiene viva la lengua propia, mientras que en Escocia la lengua propia vive en una situación de severa minorización... Pero la diferencia fundamental tiene que ver con la cultura política de los estados de los que forman parte Catalunya y Escocia: la cultura democrática británica es mucho más sólida y flexible que la española. Así, el discurso británico se ha sintetizado en dos afirmaciones: sois nación y podeis decidir colectivamente vuestro futuro. En contraste, en España el planteamiento es ofensivo, defensivo y autoritario: no sois nación, no sois sujeto político, los que planteáis es ilegal y no podéis votar. Por ello, y sobre todo ganando el referéndum, Cameron es como el niño del cuento que pone en evidencia que el rey va desnudo. Cameron ha desnudado a Rajoy cuando, en medio de una crisis sistémica, se enfrenta a un musculado movimiento social y político cohesionado por una triple afirmación: somos una nación y queremos decidir, queremos una sociedad más equitativa, y exigimos una política más cercana y transparente. Rajoy se cree obligado a ganar por goleada, pero hoy ya sospechamos que tiene el partido perdido. En los próximos meses sabremos si por la mínima o por goleada.
Análisis
Cameron gana, Rajoy pierde
El presidente español se cree obligado a ganar por goleada, pero hoy ya sospechamos que tiene el partido perdido
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