tú y yo somos tres

'Chup chup'

Tú y yo somos tres. Por Ferran Monegal. / periodico

No hay novedades en la segunda temporada de El foraster (TV-3). Quim Masferrer sigue peinando Catalunya, de pueblo en pueblo, y dado que hay ahora mismo 946 municipios censados, su programa puede durar tranquilamente 20 años. En esta ocasión ha visitado Godall (Montsià), y se ha sumergido en el pintoresco carnaval que allí celebran todos los años, una fiesta vistosa y peculiar que consiste en organizar una gran batalla de harina, toneladas de harina, que deja a todo el pueblo, y a sus habitantes, completamente blancos. Este recorrido de Masferrer, haciendo patria desde el más pequeño rincón de la patria, es muy similar a lo que hace Espartac Peran plantando su roulotte cada tarde de municipio en municipio (programa Divendres), en hermosa ceremonia de exaltación de virtudes y cualidades nostrades. También el programa Cosins germans participa de este ideario. La tarea que la actual TV-3 se ha impuesto con gran entusiasmo es la de ir impulsando una especie de chup chup en sus parrillas, una cocción sistemática que vaya escalfando, horneando, gratinando, a la audiencia, para conformar un caldo alimenticio de señas de identidad. O sea, un intento de sublimación televisiva de aquello que solían repetir Dalí y Pla: solo partiendo de lo local se puede llegar a lo universal. ¡Ah! Es un sistema que debe trabajarse con cuidado, porque tiene sus peligros. Hubo un tiempo en que TV-3 aspiraba a ser la BBC en catalán. Ahora puede acabar siendo Tele Godall.

TRABAJOS BASURA.- Han coincidido esta semana Ana Pastor (El objetivo, La Sexta) y Ariadna Oltra (Punt Cat, TV-3) en ofrecernos el meditable y denunciable paisaje de la precariedad laboral. Hemos visto en ambos programas a jóvenes licenciados, perfectamente formados y preparados, que en el mejor de los casos solo pueden aspirar a trabajar de camareros, de pintores de brocha gorda, o de reponedores de estanterías de supermercados. O sea que las medidas del Gobierno están causando un genocidio generacional. Es denunciable, estamos de acuerdo. Pero animo a mis admiradas Ana y Ariadna a que dediquen también un programa a las profesiones que se siguen ejerciendo pero que se han pervertido y se han transformado en algo radicalmente distinto a lo que eran. El oficio del periodismo, por ejemplo, ¿en qué tipo de propaganda y agit-prop lo han convertido, en líneas generales?  Ánimo, que hay tema para rato.