Primavera árabe, ¿qué ha fallado?

"Corresponde al inmenso poder ciudadano, presencial y virtual, reponer los valores y refundar unas Naciones Unidas"

Varias personas permanecen junto a docenas de cadáveres de familiares en la mezquita Al Iman en El Cairo, este jueves. / AHMED HAYMAN (EFE)

Se pregunta el ilustreperiodista Guillermo AltaresGuillermo Altares. Habla deEgipto, Siria, Libia, Bahrein, Yemen, Túnez... "Han fallado muchas cosas", escribe y cuenta la preparación de los partidos islamistas, mayor de la prevista. Y, en algunos países, el persistente poder militar... "Y también que losgolpes de Estadoson lo que son y siempre acaban desatando la violencia y la represión por mucho que Occidente intente mirar a otro lado".

Esto es, sobre todo, lo que ha fallado: un sistema que, cuando todo clamaba paz al acercarse el fin de laguerra fría,sustituyó lasNaciones Unidas por grupos oligárquicos, y los principios democráticos y los derechos humanos por las leyes del mercado.

Y luego, mirando hacia otro lado, ha invadidoIrak basado en la mentira; ha sentenciado a una muerte abominable al presidenteGadaffi --¡qué triste una vez más el papel de laOTAN!--; no ha logrado una interposición efectiva enSiria porque la discrecionalidad con que actúan los plutócratas no lo ha permitido --algunos dudan, otros a favor,China yRusia en contra de cualquier intervención--; y, enEgipto, más de lo mismo, los que tiraron la piedra han escondido la mano... con centenares de víctimas y ningún atisbo de regulación y concertación...

Está claro. Lo que ha fallado en laprimavera árabees lo mismo que ha fallado en el resto del mundo: la inexistencia de instituciones multilaterales dotadas de la autoridad moral y efectiva apropiada, y la carencia de une principios universales cuya ausencia, reza el preámbulo de la Constitución de laUnesco, llevó al enfrentamiento bélico, a la animadversión, a la incomprensión.

"Es de necio confundir valor y precio", resumió en un verso don Antonio Machado. Han sido necios. Corresponde ahora al inmenso poder ciudadano, presencial y virtual, reponer los valores y refundar unas Naciones Unidas capaces de intervenir eficazmente para que las primaveras puedan, en todo el mundo, conducir al cambio de época que la Humanidad --liberada ya del miedo-- merece.

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