España 1988 - Brasil 2013

Protesta ciudadana en Recife, Brasil, el pasado jueves. / AFP / YASUYOSHI CHIBA

Como bien habrán deducido, el título no es el marcador de laCopa Confederaciones. Aparte del fútbol, ¿¿durante la semana pasada,Brasil fue noticia por lasmovilizaciones sociales. Lo que empezó siendo una protesta por la subida de 20 céntimos del bus, se fue convirtiendo en una amplia movilización para reclamar más servicios públicos y más contundencia contra la corrupción, en un momento en que están haciendo grandes inversiones para elMundial 2014 y para losJJ.OO 2016.

Algunos medios en España han recogido las manifestaciones como un nuevo movimiento de indignados. Seguramente, tienen en común con otros movimientos su rechazo a un capitalismo cada vez más crudo, pero después de analizar brevemente la situación del país, me surgen dudas. Con el riesgo que tiene hablar desde miles de kilómetros, parece más adecuado comparar el Brasil de 2013 con laEspaña del 1988.

España creció el periodo 1986-1990 un 4,5% anual. Era un país que estrenaba presencia europea, que tenía un horizonteolímpico en 1992 y que basaba su crecimiento en una demanda interna fuerte. Estaba gobernado por el PSOE de Felipe y comandado en el área económica para liberales como Boyer y Solchaga.

A partir del 86 crecieron las movilizaciones. Las primeras fueron las de los estudiantes reclamando más inversión en la educación pública. Estas movilizaciones cristalizaron con la huelga general del 14 de diciembre de 1988, la más masiva de lademocracia española hasta el momento. El detonante fue la aprobación delPlan de Empleo Juvenil, un plan que hoy sería recibido con aplausos. El éxito de la huelga supuso el entierro del Plan y el incremento de las pensiones.

En resumen, un país que crecía, con desequilibrios como paro,déficit exterior einflación, liderado por un gobierno de izquierdas en el que la gente le pedía más alegría en gasto social tras una larga crisis vivida desde los 70.

Vamos ahora a Brasil. Brasil está gobernado por el Partido de los Trabajadores de Lula y Rousseff, equiparable a la socialdemocracia española en sus buenos tiempos. En 2007 el país crecía el 6,1%. Ahora crece a ritmos cercanos al 1%, arrastrado en parte por la caída de sus ventas en la UE y dando síntomas de sobrecalentamiento (inflación, déficit exterior). Sin embargo, las empresas que están allí afirman que sigue siendo uno de los países más dinámicos del mundo y que la crisis allí será una pasaje corto.

En resumen, un país que hasta hace poco crecía, liderado por un gobierno de izquierdas en el que la gente le pide más alegría en gasto social tras las crisis vividas hasta los 90.

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