Geometría variable

Rajoy ningunea a Bárcenas

Ayer, al entrar en la reunión de la dirección del PP,Esperanza Aguirredijo estar «abochornada» y hace días la presidenta del PP vasco, la fotogénicaArantza Quiroga, afirmó que la militancia estaba «asqueada». Antes, las declaraciones deJosé María Aznar a Antena 3 hicieron correr ríos de tinta. ¿PuedeAznarencabezar, o alentar, una revuelta contraMariano Rajoy?

La entrada en prisión del hombre de las finanzas del PP, que según la fiscalía ha acumulado una fortuna de 47 millones de euros a base de cobrar comisiones (al parecer sobre obra pública), solo puede perjudicar el crédito moral del primer partido español. Pero el Gobierno y la dirección del PP -Rajoy, Soraya Sáenz de SantamaríayMaría Dolores de Cospedal- aparentan tranquilidad. Pese a que elcaso Gürtelse remonta al 2009, pese a queRajoydijo entonces que nadie podría demostrar queLuis Bárcenasera culpable, pese a que investigar la trama fue la auténtica razón de la expulsión del juezBaltasar Garzón-a quien el PP y el PSOE habían jaleado sucesivamente y al que se le había permitido todo-, pese a que el PP mantuvogenerosamenteen nómina aBárcenashasta enero y le siguió pagando la Seguridad Social... Pese a todo, Rajoy, Cospedal ySáenz de Santamaríaaseguran no tener ningún miedo a las posibles revelaciones del tesorero, esquiador y escalador. Y siguen con su táctica de hablar lo menos posible del asunto.

Es un error porqueBárcenasproyecta mucho descrédito sobre el PP (y la clase política) y esto tendrá consecuencias. Pero responde a una estrategia y a unos datos. El PP ganó las elecciones con un 44,6% de los votos y a finales del 2012 estaba -según el CIS- en una estimación de voto del 35%. En un año perdió nada menos que un 9,6% mientras el PSOE no subió, pero aguantó su 28%. Sin embargo, en la encuesta de abril -con elcaso Bárcenas en su apogeo-, el PP (34%) solo bajó un punto más. La cúpula puede haber concluido que lo que le ha castigado es la persistencia de la crisis (pese a la derrota deJosé Luis Rodríguez Zapatero,pintado como el único culpable de la debacle económica), y el incumplimiento de la promesa electoral de bajar impuestos (de hecho, los ha tenido que subir con fuerza). Y que, por el contrario, a su electoradoBárcenasle preocupa menos. Sería así solo un asunto muy enojoso -el poderoso y prepotente tesorero en prisión es una censura moral y una espada de Damocles-, pero no determinante. Lo mismo que el humor deAznar. En el círculo mas íntimo deRajoyse cree que la clave será la marcha de la economía en el 2014 y el 2015.

El cálculo es que si en los dos próximos años la economía remonta, el paro deja de crecer e incluso se crea algo de empleo, y se empiezan a bajar algunos impuestos, todo cambiará. Entonces,Aznarcallará yBárcenashabrá sido solo una larga y horrible pesadilla. El PP cree que podrá dilatar el proceso judicial y es cierto que ha sido el fiscal (que sigue instrucciones) el que solicitó prisión. QuizásBárcenaspodía hacer más daño huido -comoLuis Roldán- que en Soto del Real.

Esta es la única explicación racional de la negativa de la cúpula del PP a entonar un mea culpa. Así, el bochorno de Esperanza Aguirreo el asco deArantza Quirogasolo serían sentimientos que unos auténticos profesionales del poder nunca se deben permitir.