Este Sant Jordi será especial porque lecturas y amor son una receta imprescindible para salir del atolladero en el que nos han metido los que dicen que nos hemos metido nosotros solos. Este Sant Jordi hay que regalar y leer más libros que nunca porque sin lecturas no saldremos de esta. Libros de política y de economía, ahora que toca una alternativa política a la falta de democracia y una salida económica al austericidio. Regalemos libros que abran mentes y den pistas inteligentes ante un mundo desorientado y deprimido. Leamos libros de fondo porque hemos pasado de los Sant Jordi consumistas debest-sellersde autoayuda y de autores mediáticos deji-ji-ja-jaa un Sant Jordi de ayuda colectiva. Del culto a la industria al refugio en el conocimiento. También regalemos libros de ficción para desconectarnos de untimelinefrenético y asfixiante, de una actualidad periodística de crisis y más crisis que reclama momentos para soñar y volar. Para vivir.
Sant Jordi será este año un acto de rebeldía. El miércoles saldrá algún gobernante a decir que hemos regalado libros y rosas por encima de nuestras posibilidades, especialmente si los textos son electrónicos (21% de IVA) y no físicos, en papel (4%). En catalán y electrónico ya sería un argumento para que algún dirigente del PP lo considere un gasto excesivo fruto de nuestras manías identitarias.
Regalare-booksno contribuirá mucho a salvar algunas de las librerías emblemáticas catalanas cuyo futuro pende del hilo de este Sant Jordi. Salvemos a nuestros libreros con unaDiadagenerosa, démosles un respiro y evitemos el cierre de estos locales emblemáticos de nuestras ciudades. Estamos ante el dragón más feroz de las últimas décadas y el caballero necesita del entusiasmo de todos para batirlo.