Tengo un amigo que no soporta ver el código de barras de los objetos. Cuando abre su nevera, la botella de leche, los yogures o las latas de coca-cola tienen que estar colocados de forma que las rayitas negras queden ocultas. Además, como le gusta que las cosas sean simétricas, cuando se quita los zapatos o pone la mesa, invierte varios minutos en lograr un equilibrio visual perfecto. Mi amigo es consciente de que tiene un problema, pero no lo puede evitar. El médico le dice que es un trastorno obsesivo-compulsivo y él asiente, exactamente cinco veces porque este número le da confianza.
Cuando leí la noticia sobre el mástil de la bandera del Born, me acordé de mi amigo. Si no van con cuidado, eso de la independencia de Catalunya asociada al 1714 acabará siendo un trastorno obsesivo colectivo. Para los que no lo sepan, la noticia decía que en el nuevo centro cultural del Born ondeará una bandera, y el mástil en el que se izará va a tener exactamente 1.714 centímetros, es decir 17 metros y 14 centímetros, como el año de marras. Además del mal gusto de embadurnar el Born renovado con tamaña bandera, es evidente que lo de los 1.714 centímetros es una obviedad de un simbolismo ridículo, absurdo y obsesivo.
El año del sitio de Barcelona ha inspirado cosas tan diversas como una plaza en Sants, un juego de mesa, varias novelas y una ruta histórica por los escenarios de guerra. Hasta aquí, lógico. Pero la cosa empieza a teñirse de obsesión cuando hay gente que juega al número 01714 en la lotería de Navidad, grita «in-de-pen-dèn-cia» en el minuto 17:14 de los partidos del Barça (ya esté en casa o en el bar) y celebra las victorias con cava 1714, «el cava 'independent'». La decisión de poner un mástil de 1.714 centímetros es el producto de una mente delirante o con un sentido del humor refinado, y abre un mundo de posibilidades. No me sorprendería que, cuando el nuevo Born se inaugure el próximo 11 de septiembre, probablemente a las 17:14 de la tarde, un coro de 1.714 niños cante 'Els segadors' y en la recepción se sirvan 1714 croquetas. Ni una más.