Conocí el presidente Hugo Chávez al poco tiempo de iniciar su primer mandato. Su visita a la Unesco dejó una huella de nuevo liderazgo americano, especialmente apreciable después de los turbios años del Plan Cóndor.
El presidente Hugo Chávez manifestó su total adhesión a la cultura de paz y no violencia.
Su visión política y sus iniciativas de hondo calado social han sido beneficiosas para el pueblo venezolano y para América Latina en su conjunto a cuya emancipación, a través de la CELAC, tanto contribuyó.
Hoy América Latina sigue unas pautas políticas y económicas que le permiten enfrentarse, en un auténtico "nuevo comienzo", a la zozobra del neoliberalismo de los mercados.
Las personas como Hugo Chávez, me gusta repetirlo, se hacen invisibles pero no se ausentan. Permanecen en la vida cotidiana de quienes le recuerdan.