Toda decisión tiene consecuencias. Nada es gratis en esta vida y todavía menos si se trata de medidas económicas. Lo que puede suponer un ahorro de gastos, cuando la manta es corta, como sucede ahora con esta crisis, el frío aparece por el otro lado de la cama. Es lo que reflejan las duras estadísticas del Banco de España sobre la evolución de producto interior bruto (PIB) del 2012.
Para lograr acercarse al objetivo de déficit (diferencia entre ingresos y gastos) marcado por las autoridades europeas, el Gobierno ha adoptado medidas de calado como la rebaja de los salarios de los empleados públicos, que se ha traducido con la eliminación de la paga extra de Navidad del pasado año. También se ha incrementado el impuesto sobre el valor añadido (IVA) del 18% al 21% en el tipo general, que entró en vigor el pasado septiembre. Y se han puesto en marcha varios artículos de la reforma laboral que permiten aplicar expedientes de regulación de empleo en las empresas públicas con mucha más facilidad y rapidez que antes de su entrada en vigor. Un conjunto de acciones que han incidido en la confianza del colectivo que hasta ahora había quedado mejor parapetado ante la crisis, los empleados públicos, al menos en lo que se refiere al mantenimiento del puesto de trabajo.
Este colchón tenía la bondad de rebajar los efectos sobre el consumo de la lista imparable de parados en otros sectores. Pero la eliminación de la paga extra navideña ha sido la gota que ha colmado el vaso. Las organizaciones de comerciantes y de empresas turísticas ya lo advirtieron hace meses y ahora las estadísticas corroboran lo que el sentido común ya apuntaba. La caída de la economía española en el cuarto trimestre del 2012 siguió la misma tendencia que la que se vivió a finales del 2008, en los momentos, hasta ahora, más duros de la actual crisis.
Una de las principales causas de este descenso ha sido la caída del consumo familiar, que se explica con otro dato aportado por el INE: el principal recurso de los hogares, los salarios, se ha reducido un 8,5% en el cuarto trimestre frente a al 5,5% de los anteriores tres meses.
Con menos ingresos, menos gasto. Y menos ventas. Y menos viajes. Y más cierres de comercios y de empresas turísticas, lo que se nota especialmente en Navidad. Y más paro.
«Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa, en el marco de una política de estabilidad económica. De manera especial realizarán una política orientada hacia el pleno empleo». No son consignas sindicales. Es el artículo 40 de la Constitución.