La clave

Los papeles de Rajoy

Para los trabajadores por cuenta ajena, tengamos o no voluntad defraudatoria, burlar al fisco es misión prácticamente imposible. La empresa nos retiene cada mes la correspondiente cuota del IRPF, y al acabar el año desglosa en un papelito lo cobrado y lo anticipado a Hacienda. Luego, la Agencia Tributaria, tan servicial como inmisericorde, nos suministra un borrador de la declaración de la renta que recoge los datos que le ha suministrado la empresa, nuestras cuentas, depósitos y deudas bancarias, las propiedades (de haberlas)... Y más vale que la declaración que presentemos no difiera de los datos en poder del fisco, salvo que queramos exponernos a multas y embargos.

Si así obra Hacienda con el vulgar empleado de una pequeña empresa, hay que suponerle idéntico o mayor celo con los trabajadores contratados por los partidos, sean estos ujieres, secretarios generales o presidentes. Qué menos, habida cuenta de que el grueso de la financiación de las grandes fuerzas políticas procede del erario público, o al menos así lo declaran al Tribunal de Cuentas.

Siendo así, seguro queMariano Rajoyy demás dirigentes históricos del PP han dormido esta noche a pierna suelta. Aunque en la contabilidad B del partido atribuida al extesorero Luis Bárcenasfiguren como perceptores de sobresueldos fiscalmente opacos, para desmontar tan maliciosa acusación les bastará con presentar el papelito de cobros y retenciones que cada año les entregaba el PP, los extractos bancarios y las correspondientes declaraciones del IRPF. Si coinciden los pagos, los ingresos bancarios y los impuestos abonados, no habría caso. Por eso sorprende que, a las dos semanas de estallar el escándalo de los pagos en negro a la cúpula del PP, niRajoy ni los suyos hayan presentado todavía los papeles que acreditarían su (segura) inocencia.

Europa nos vigila

Un país en plena recesión, con seis millones de parados y sujeto a la estricta vigilancia de Europa y los mercados no puede tener al presidente y a sus afines bajo sospecha. ORajoy demuestra fehacientemente la falsedad de tales acusaciones, o se expone a un final precipitado de su mandato.