UNA VISIÓN OPTIMISTA

Algunas claves de la economía española

"La recesión se está acabando. Quedan todavía impactos negativos en el 2013, y quizá algún añadido más, pero lo más importante está hecho"

Contenedores en el puerto de Barcelona. / JOAN PUIG

Nada nuevo, por supuesto. Pero me parece que vale la pena recordarlo, por lo que tiene de visión optimista (yo diría que realista) de la vida:

-- La recesión se está acabando. Las empresas ya han llevado a cabo la mayor parte de los ajustes a la segunda ola recesiva, la causada por el aumento de las primas de riesgo en el 2011 y la necesidad de cerrar el déficit público y contener la deuda pública con urgencia. Pero esto no significa que volvamos a crecer dentro de poco. Simplemente, estamos a punto de que nos den de alta del hospital.

-- La economía española no muestra la pérdida de competitividad a la que se refieren los gurús norteamericanos.

-- Fruto de ello es el buen comportamiento de las exportaciones, que son, por ahora, el único motor firme de nuestra economía.

-- En medio del mucho ruido sobre las medidas de austeridad, el ajuste fiscal está ya muy avanzado. Quedan todavía impactos negativos en el 2013, y quizá algún añadido más, pero lo más importante está hecho.

-- El saneamiento de los bancos está ya en su recta final. Otra cosa es que vaya a ser suficiente a medio plazo.

-- Nuestro endeudamiento exterior se está reduciendo; el déficit por cuenta corriente se ha reducido fuertemente (¡sin devaluar la moneda!) y parece que tendremos un superávit ya a finales del año que viene. Claro que, de nuevo, la pregunta es si seremos capaces de mantener ese resultado positivo cuando la economía se recupere.

-- Nuestro problema financiero es de liquidez, no de solvencia. Nuestros acreedores no se atreven a prestarnos, por eso dependemos de las ayudas del Banco Central Europeo y de los fondos europeos. Pero con las medidas previstas para la deuda española y para la recapitalización de los bancos debe haber suficiente.

-- Europa está decidida a ayudarnos. No le queda otro remedio.

O sea que hay motivos para el optimismo (o el realismo). Pero hay que seguir haciendo los deberes: seguir reduciendo el déficit público, seguir mejorando el saldo exterior, poner las últimas piedras de la reforma bancaria (estamos todavía muy lejos de concluirla), mejorar nuestra productividad,...

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