La rueda

Y el navarro quiso ser catalán

Hoy no es Sant Jordi. El día siguiente -con los riñones necesitados de otro ibuprofeno- tengo la sensación de haberlo conseguido. Ni el éxito, ni nada parecido. En junio me pedí un deseo: parar, bajarme de un tren que no era el mío. Y me regalé tiempo para escribir esa novela que llevaba años en mi cabeza sin atreverse a salir. Ella, el Sábado Santo, se paseó por Barcelona; dio vueltas, una y otra vez, en manos de futuros lectores, y compartió mesa con los libros deRamon Solsona,deCarme Riera,deJordi Cabré,deMartí Gironell, deVicenç Villatoro, deMaruja Torres... ¡DeJuan Marsé! Y ellos, que son grandes, sonrieron al verla. Mi novela es más chula que un ocho. Tranquilos, no he venido a hablarles de mi libro. He venido a hablarles de Sant Jordi, ese día en que mi marido, el navarro, «quisiera ser catalán».

Me levanté muerta de miedo. Cuando llegué al Regina, rodeada de escritores con cuatro y cinco novelas a sus espaldas, quise salir corriendo con destino al país delnunca jamáso volver al mío, al delas señoras que se dejan de tonterías. Pero pensé enChufo Llorens,triunfador a los 70, y alguien me empujó hasta la tarima de la foto, que no se cayó a pesar de rebosar de autores en busca de un lector (en mi caso) o de miles (en el deJavier Sierra).

Siguiendo el consejo de mi querida madre, decidí disfrutar. Coincidir conEnrique Vila-Matas,un hombre tímido que viaja en vertical y no siempre es escritor, contribuyó. Al verlo allí, entreRistoy un novelista con brazos de espía ruso, empecé a sonreír. Cuando la cabeza deRosa Montero se abrió paso en medio de las colas y gritó «holaRosita», me lancé directamente en brazos de la alegría.

Unaipuso punto final. Regalé mi rosa a una rubia con rizos y él preguntó: «¿Y mi flor roja?». Corrí a buscarla. A la vuelta, me esperaba una lectora. Le escribí una larga dedicatoria (para hacer tiempo), pero descubrí aUnainegando con la cabeza.

-¿No te gusta?

-Los unos están mal hechos.

Unaitiene 5 años. Ha preguntado si nos volveremos a ver. Va a enseñarme a hacer unos. Un feliz Sant Jordi 2011.