Editorial

Sorpresa en Justícia

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El primer Govern de Artur Mas ha incluido varias sorpresas, aunque casi todas formaban parte del guión. Anunció que haría un gobierno de los mejores y, efectivamente, se ha visto que lo ha intentado, combinando lo deseable con lo posible. La inclusión de Ferran Mascarell, un catalanista con carnet del PSC, extrañó en un primer momento, aunque su nombramiento comoconseller de Cultura es coherente con el discurso de transversalidad de la campaña de Mas. Elpresidentquiso reflejar en el Govern la sensibilidad de aquellos ciudadanos que, votantes habituales de las listas socialistas, optaron en las últimas elecciones por dar su apoyo a CiU. Mascarell representa perfectamente ese perfil.

Resulta más difícil entender la figura de Pilar Fernández Bozal, que de ocupar la jefatura de los abogados del Estado en Catalunya pasa a dirigir la Conselleria de Justícia. No es que haya un choque manifiesto entre sus funciones de antes y las de ahora. De hecho, este departamento es de los menos ideológicos del Govern, porque fundamentalmente se encarga de la logística de la administración de justicia y de las instalaciones penitenciarias; es más un gestor que un político. Por eso llama la atención la elección de una persona sin experiencia en esos ámbitos, pero sí en la representación de los intereses de la Administración central en Catalunya, en algunos casos en abierta confrontación jurídica con los del Govern. CiU no hizo una campaña soberanista, ni mucho menos, pero no puede decirse que ese guión permitiera esperar un nombramiento de estas características.