¿Qué relevancia tendrá el ascenso de significados patronos catalanes al puente de mando de las organizaciones económicas españolas en estos tiempos de crisis, de recortes del autogobierno de Catalunya a causa de la sentencia del Tribunal Constitucional y de mudanza política en la Generalitat? La cuestión asomaba en el quiosco de ayer tras el ascenso de Juan Rosell a la presidencia de la CEOE. Si las cosas van mal, empresarios catalanes, titulaba en portada Ara sobre las fotos de Isidré Fainé, Isak Andic y Rosell. Dentro les calificaba de «lobi catalán» desembarcado en Madrid a los cinco años de la fallida opa de Gas Natural sobre Endesa. Pero la crónica no daba pistas sobre la vigencia del lobi ni exponía tesis.

A su vez, Enric Juliana (La Vanguardia) describía los aires de Madrid -«La opinión de derechas huele a mayoría absoluta y se siente llamada -ahora sí, ahora más que nunca- a la salvación de España mediante una gran reforma constitucional»- y las distintas actitudes que se dan ante el regreso de CiU al Govern, y la elección de Rosell para presidir la patronal española, la de Fainé para reorganizar las cajas de ahorros, la de Andik en el Instituto de la Empresa Familiar, y hasta la de José Manuel Blecua, señor de Barcelona, como director de la Real Academia Española. Pero eso no acallará -concluía- al españolismo de pro, heredero de la una, grande y libre: «La leña al catalán vende. Esa mina nunca más será cerrada. De ese filón se alimentarán las anémicas batallas locales y regionales de mayo, esas elecciones que pillarán a España con un pie bailando en el abismo».Y el editorial de El Mundo lo ratificaba: «Que un catalán vuelva a presidir la patronal española (ya lo hizo Ferrer Salat) desmonta el victimismo de que hay catalanofobia en España. Y no se trata de un hecho aislado», recordaba aludiendo a la elección de Fainé para presidir la CECA, antes de exigir -ahí es nada- la contrición de Rosell por haber asistido a la manifestación en defensa del Estatut recortado por el Constitucional: «Sería deseable que Rosell mostrara públicamente un compromiso más rotundo (...) en la defensa de la unidad de mercado, (...) algo que en la práctica niega el Estatuto». ¿Lobi catalán en Madrid?