El turno

Hotel con vistas al mañana

La idea es de mi amigoJ.M.S.: ¿por qué envejecer cada uno en su casa repasando fotos y papeles amarillentos cuando podríamos hacerlo junto a los que más hemos querido, no en un triste asilo sino en una comuna o casa de colonias para ancianitos guays? La auténtica familia -y de eso la Mafia sabe mucho- va mucho más allá de los impuestos vínculos de sangre; a lo largo del vivir, escogiendo a los amigos, cada uno planta y riega el verdadero árbol genealógico de sus hijos y nietos. La familia son aquellos con quienes reímos y lloramos.

Durante los años laborales lo inmediato nos aparta de lo urgente y apenas nos queda tiempo para dejarnos ser en amistad. Aprovechemos, pues, la jubilación -que viene de júbilo- para el reencuentro definitivo y diario con los nuestros: el soltero o viudo no se sentirían solos, ni la pareja enclaustrada en sí misma. La cosa consistiría en haber ahorrado lo suficiente y, a la hora del finiquito, deshacernos de todo (los hijos, que se jodan, que ya los hemos mimado mucho ) y encargarle a un arquitecto de moda un gran hotel con tantas suites como amigos y muchos espacios comunes para comer, leer, jugar al mus, bañarnos, tomar el sol o ver el fútbol. Los cocineros, camareros y enfermeras serían escogidos a través de un reñidocastingcon voz y voto para todos, e incluso pediríamos a un amigo diseñador sillas de ruedas con mueble bar y mantitas que no den mucha pena cuando nos tapen las rodillas.

Naturalmente, la población debería ser de diversas ideologías políticas, religiosas y futbolísticas para que el griterío esté garantizado, nos enfademos de vez en cuando y al cabo de un rato, como niños, nos obliguen a hacer las paces con un beso. Y cuando alguien de nosotros pase a mejor vida, pues nada: le lloramos y luego le damos sepultura en el campo de golf o en el jardín, muy cerca, para poder decirle hola cada día.

Otra posibilidad sería comprar a escote un pueblecito, pero seguro que no habría acuerdo para elegir alcalde ni para programar la fiesta mayor. No, no... Mejor lo del hotel.