Siete x siete

A propósito de Quim Monzó

Fui a ver la exposición sobre Quim Monzó que han montado en el Santa Mònica y me descubrí peregrinando por una serie de publicaciones, fotografías y objetos que me hablaban de un pasado que, quizá por tenerlo integrado en la propia biografía, aún no tenía ni catalogado como pasado. Entendámonos: cuando voy a ver una exposición sobre Kafka, todo cuanto veo se me antoja literario, entre otras cosas porque estoy contemplando, como diría Stefan Zweig, el mundo de ayer, pero me resulta imposible tener esta distancia con Quim Monzó, un autor nacido, como yo, en 1952. Todo cuanto veo me resulta cercano y vivido, como si aún no hubiera pasado el tiempo suficiente.

Me hizo gracia ver en una vitrina de Santa Mònica el Carnet Internacional de Estudiante de Quim, me reconocí en las escapadas de unos años en los que viajar era casi sinónimo de sentirse vivo, me sumergí en los 70 con las cabeceras de antiguas revistas y fotos de barbudos y melenudos, y me sorprendí viendo lo mucho que guarda Quim. Esa mochila Alpina del primer gran viaje, por ejemplo, ilustra toda una época.

Todo en la exposición resulta evocador, aunque sorprende que expongan un Mehari y no la psicodélica chica del Mehari, que, no nos engañemos, era lo realmente importante. Por otra parte, es una buena idea poner un bar de copas, escenario de muchas de las batallas de la época, pero confieso que eché de menos la gente, la música, el humo... y por supuesto las copas.

El itinerario funciona, pero el golpe definitivo llega cuando, una vez finalizado el recorrido de una generación que apostaba por lo alternativo y veía el éxito casi como una maldición, te das de bruces con el vídeo de un Quim encorbatado pronunciando un discurso en la Feria del Libro de Fráncfort. «Uf, va dir ell». De la barra del Zeleste o del Bikini al estrado de Fráncfort va todo un mundo. El mérito de Quim es que ha sabido dar el salto sin renunciar a ser él mismo, sin olvidar que lo básico es escribir y no la mareante feria de vanidades que rodea a los escritores.