EL ARTE DE ESTAR EN CASA

El reto viral de convertirse en cuadro

'Artselfis', los llaman. Es el 'challenge' que más se extiende en cuarentena: ir hecho un cuadro. Obras maestras clonadas con ingenio doméstico

Versión confinada de ’La lechera’ de Johannes Vermeer. / @tussenkunstenquarantaine

Hace semanas que se ve mucho papel higiénico «sacrificado en nombre del arte», aplauden los 'instagrammers'. Ahora los rollos se usan a lo pelucas victorianas y gorgueras. Incluso hacen las veces de niño Jesús para 'madonnas' confinadas sin palomas. Son los nuevos clásicos del arte que ha traído el covid-19. Luis XIV versión 'edredoning'. Napoleón cabalgando sobre perro. Cleopatra con corona del Burger King. San Sebastián acribillado por termómetros en vez de flechas.  Mucha uniceja a lo Frida Kahlo, la alegoría de estos tiempos sin esteticistas.

 

Es lo que se lleva ahora: ir hecho un cuadro. 'Artselfis', los llaman. Lienzos clonados con ingenio doméstico. Una forma de pintar algo en la vida aun sin  salir de casa. Se ha convertido en  reto viral. Ahora que el mundo vive confinado, son las obras de arte las que se liberan de sus marcos. Campan por las redes decenas de miles de 'remakes' de obras maestras: desde las carnes exuberantes tan de cuarentena de Rubens hasta la etapa cubista de Picasso. Los parecidos son aún más razonables que los de los memes de Jordi Pujol y Yoda.

 

Se multiplican 'hashtags' en todos los idiomas incitando a practicar el arte de estar en casa: #ArtAtHomeChallenge, #tussenkunstenquarantaine, #RepteArtACasa. «Nunca esperamos que se hiciera internacional», se ríe Anneloes aún sin creérselo. En un mes ha sumado en Instagram más de 180.000 seguidores.

 

Anneloes Officier, 31 años, vive confinada en Ámsterdam con dos compañeras de piso. Todo empezó como empiezan las grandes gestas de la humanidad: con un 'challenge', la versión 'instagrammer' del «¿a que no hay huevos?».

¿El reto? «Copiar una pintura famosa con tres accesorios de casa». Se estrenó ella misma a lo musa contemporánea de Johannes Vermeer. Posó como 'La joven de la perla', la Mona Lisa holandesa, pero con toalla en plan turbante, mantel del Ikea sobre los hombros y una cabeza de ajos a modo de perla.

 

«Lo compartí por Whatsapp y a mis amigas les encantó —recuerda—, así que lo colgué en mi cuenta de Instagram y pedí a la gente que recreara también cuadros». Pusieron el listón alto, dice. Tanto que al día siguiente ya la estaba siguiendo el Rijksmuseum, el museo nacional de Ámsterdam.

 

Abrió una cuenta de arte casero: Tussen Kunst & Quarantaine (@tussenkunstenquarantaine). Significa «entre el arte y la cuarentena» en holandés. Es una parodia de un programa de televisión. Arte doméstico «para quien necesite algo de alivio», resume la mini bio.

 

«Cuando la gente empezó a teletrabajar, se disparó por las nubes».  De 600 a 180.000 seguidores. A estas alturas, ya circulan más de 25.000 obras de arte de carne y hueso solo a través del hashtag #tussenkunstenquarantaine. Se han unido al reto museos de todo el mundo. Lo compartió hace tres semanas el Rijksmuseum. Le siguió el J. Paul Getty Museum de Los Ángeles. Ya lo han lanzado desde el Metropolitan de Nueva York hasta el Museu Nacional d’Art de Catalunya.

 

El objetivo de Anneloes sigue siendo el mismo: «Arrancar una sonrisa en estos tiempos locos», responde. «Es también terapéutico para mí —confiesa— ver las creaciones tan divertidas que se le ocurre a la gente».

 Hay posados que dan ganas de enmarcar. Algunos han abierto su propia cuenta de clásicos del covid, como los cuatro compañeros de piso confinados de @covidclassics. 

Pero no es una moda exclusiva de cuarentena. Hace 4 años que Lilya Corneli revive a las musas del arte con detalle milimétrico. Así se llama el proyecto de esta fotógrafa armenia con sede en La Haya: Ser una musa (www.tobeamuse.art). Llevará 300 «reencarnaciones», calcula. ¿Por qué se ha hecho tan popular clonar cuadros ahora? «Es muy emocionante   –dice—. Crear tu visión de una obra maestra es como un juego. Y todo el mundo sueña con inspirar a un artista».