Bastaba verle, su barba, su bigote, los ojos guardados tras unas gafas que parecían desmesuradas, su boca llamando al escepticismo, para saber que Ramon Masats, aquel gran fotógrafo, era un escéptico sobre todas las cosas, excepto en lo que tenía que ver con la fotografía.
Obituario
Ramon Masats, un modo de ser
El fotógrafo Ramón Massats, en Valladolid en 2007 /
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