Raphael sigue siendo aquel en el Palau Sant Jordi

Raphael en concierto en el Palau Sant Jordi. / JORDI COTRINA

Raphael primero entra y luego se hace la luz. La enciende con su gesto divino: levanta el brazo, gira la muñeca, enrosca la bombilla y solo entonces baja el brazo. Esta vez, en su concierto de la gira 'Victoria' en el Palau Sant Jordi, pasó a los seis minutos y 58 segundos. Y la gente enloqueció. Ojalá un mundo donde hasta los lampistas recibieran ese cariño por esa acción.