Ópera

Una OBC brillante marca el comienzo de la temporada

El conjunto catalán, junto a una Alisa Weilerstein en estado de gracia, promete un curso de alto voltaje

La OBC junto a una Alisa Weilerstein en estado de gracia

En marzo del año próximo el Auditori de Barcelona, sede de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC), celebrará 25 años desde su tardía inauguración, y por ello el conjunto ha querido arrancar el nuevo curso con ‘Fanfàrria’ (1999), de Joan Guinjoan, una brevísima pieza para bronces y percusión que se convirtió en la primera partitura ejecutada en este edificio. La obra, interpretada con la energía precisa, sirvió de preámbulo a la ‘Sinfonía concertante en Mi menor, op. 125’ de Prokofiev que estrenó Rostropovich a mediados del siglo pasado, un auténtico concierto para violonchelo y orquesta (reelaboración del que el autor compuso tres décadas antes) y que en esta velada ha sido recreado con el arte de Alisa Weilerstein en la parte solista.