Resistente estadounidense en la Alemania nazi

La espía olvidada a la que Hitler decapitó

Ficha policial de la Gestapo de la estadounidense Mildred Harnack. / Bundesarchiv

"Alemania está viviendo horas muy oscuras. Todos perciben la amenaza, pero muchos esconden la cabeza en la arena", escribía la estadounidense Mildred Harnack a su madre en 1932 desde el Berlín al que se había mudado con su marido alemán, Arvid. Una década después, Hitler en persona ordenaba que se le cortara la cabeza. Acusada de "alta traición", fue ejecutada en la guillotina el 16 de febrero de 1943, en la cárcel de Plötzensee, tras meses de torturas. Sus delitos: participar en una red de resistencia contra el nazismo, ayudar a escapar a judíos, planear sabotajes y espiar para los aliados y los soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial.