Quemar después de leer

¿La mejor novela familiar?, por Laura Fernández

Andrew Ridker, y 'Los altruistas', su novela sobre un padre decidido a ser el hijo de sus propios hijos, económicamente hablando, devuelve el género de la familia psicótica que encumbró a Jonathan Franzen a una especie de necesaria casilla de salida

Andrew Ridker es el autor de ’Los altruistas’.

Cuando J. D. Salinger inventó a los Glass, la disfuncional familia de genios que protagonizó —por turnos— todos sus relatos, cuando creó a Bessie y Les Glass, los padres —un par de comediantes retirados, una versión menos ostentosamente brillante de, pongamos, Midge Maisel, la protagonista de 'La maravillosa señora Maisel'—, y a sus siete hermanos, todos, sin excepción, desdichadamente superdotados, estaba creando un jugoso arquetipo, el de la familia disfuncional norteamericana, que no ha hecho más que crecer. Como si en el mismo instante en el que la familia empezaba a elegirse, se juzgase igualmente insuficiente, torcida, una mala idea desde el principio que, sin embargo, daba lugar a personajes memorables que de ninguna otra manera podrían haber existido.