Estreno de cine

'La desconocida', una versión sórdida de 'Caperucita Roja' sobre la pederastia: "Internet nos ha cambiado la vida, pero sobre todo para mal"

Una imagen de ’La desconocida’.  / EPC

Pablo Maqueda no tiene miedo a provocar el rechazo del público. Todo lo contrario, de hecho: confiesa que esa reacción es uno de sus objetivos. “Nos hemos acostumbrado a consumir un cine que constantemente nos da la razón, que justifica nuestras propias convicciones morales”, asegura el director madrileño. “Yo quiero zarandear al espectador, agitarle e incomodarle, provocarle ansiedad, y empujarlo a hacerse preguntas que le dan miedo”. Y, reconózcasele, su nueva película se dedica de principio a fin, de forma concienzuda y precisa, a dejarnos mal cuerpo. 

Maqueda con los protagonistas de la película, Laia Manzanares y Manolo Solo.

/ EPC

Presentada hace unas semanas en el Festival de Málaga, ‘La desconocida’ comienza con el encuentro entre un hombre maduro y una adolescente en mitad de un bosque. No tarda en quedar claro que él es un acosador pederasta, y que ha engañado a la joven a través de las redes fingiendo ser un chico de su edad. Y lo que sucede después podría definirse como una relectura sórdida del cuento de Caperucita Roja en la que hay más de un lobo y, en realidad, ninguna Caperucita. “Yo siempre digo que internet nos ha cambiado la vida, pero sobre todo para mal”, comenta Maqueda. “Por culpa de las redes nuestras relaciones son cada vez más vacías, y cualquier menor es presa potencial de agresores sexuales. Y la película usa eso como punto de partida argumental de una reflexión sobre los secretos oscuros que todos ocultamos y que probablemente nos llevaremos a la tumba, esos monstruos interiores capaces de destrozar nuestras propias vidas y las de los demás”.

Una imagen de 'La desconocida'. 

/ EPC

‘La desconocida’ se basa en ‘Grooming’, obra teatral de Paco Bezerra hasta la fecha representada en una veintena de países; el propio dramaturgo se ha encargado de adaptarla a la pantalla coescribiendo el guion junto a Maqueda y Haizea G. Viana, también productora de la película. “Cuando la vi por primera vez permanecí en estado de ‘shock’ y, al girarme hacia atrás un momento durante la representación para observar los rostros de otros espectadores, comprendí que ellos estaban igual; entonces supe que quería llevarla al cine”, recuerda el director, que en todo caso recalca las diferencias existentes entre ambas ficciones. “He hecho todo lo posible para que la película no fuera teatro filmado ni fuera formalmente descafeinada, para que su puesta en escena contribuyera a mantener una atmósfera de amenaza”.

A través de sus incisivos diálogos y su banda sonora, ‘La desconocida’ vehicula referencias a iconos de la cultura popular como Alfred Hitchcock, ‘Alicia en el país de las maravillas’ y Julio Iglesias; en otras palabras, un director que mantenía relaciones enfermizas con sus actrices, la obra maestra de un escritor -Lewis Carroll- de quien se dice que era un pedófilo reprimido y un cantante en su día emblema de un tipo de masculinidad depredadora. “Esas citas nos sirvieron para situar a los personajes en una realidad tangible, en un mundo que es exactamente el nuestro”, aclara Maqueda. “Aquí el monstruo no es un ser con alas y babeante, sino una persona aparentemente normal con la que te podrías cruzar en cualquier supermercado".

Maqueda se dio a conocer como director de ficciones gracias a 'Manic Pixie Dream Girl' -también centrada en el ‘ciberacoso’- y '#RealMovie', ambas estrenadas en 2013, pero su documental ‘Dear Werner’ (2021) es el primero de sus trabajos que gozó de un estreno comercial en salas. Para acompañar la llegada de ‘La desconocida’ a la cartelera, él y su equipo han diseñado una campaña promocional intrépida que, entre otras estrategias, incluye un mensaje al principio de cada proyección a través del que el director pide personalmente a los espectadores que no desvelen los pormenores de la trama.

“Eso también es una referencia a Hitchcock, que era el gran genio del márketing, y también hemos puesto avisos en los cines en las que se detallan instrucciones para ver la película. Nos lo hemos tomado como un juego, y como un intento de hacer que el espectador vuelva a sentir esa sensación mágica que hasta no hace mucho provocaba entrar en una sala de cine, y guardar los secretos que allí dentro de revelaban. Que todo eso se haya perdido también es culpa de las redes”.