Concierto en Barcelona

Andrés Calamaro en el Liceu: Una muy buena costumbre, por Rodrigo Fresán

El cantante es consciente de su obligación de ser antológico con sabores variados pero constante buen gusto

Concierto de Andrés Calamaro en el Liceu. /JORDI OTIX / JORDI OTIX

Siempre es interesante volver a ver y a oír a quien se vio y se oyó tantas veces. Quien firma esto disfrutó de Andrés Calamaro en Los Abuelos de la Nada, casi secreto y magistral y polimorfo y perverso en el ahora clásico Nadie sale vivo de aquí, triunfal con Los Rodríguez, en sesiones de grabación tóxicas e interminables (alias El Paciente Andrés), teloneando a Bob Dylan, invitando a tantos o invitado de tantos otros (desde Julio Iglesias a C. Tangana) y, de unos años a esta parte, como ya asentado pero a la vez inquieto revisitador de sí mismo. Y es que eso es ser un clásico vivo: contar y cantar con el placentero privilegio de haber sido muchos para acabar siendo único.