No es exagerado decir que la nueva novela de la poeta Irene Solà (Malla, 1990) es una de las novedades literarias más esperadas y que, sabiamente, ha salido después de la marabunta editorial de Sant Jordi. Si en la anterior 'Canto jo i la muntanya balla' —todo un fenómeno literario que tradujo a 26 lenguas y dio pie a una adaptación teatral—la autora ambientaba la acción en Camprodon y Prats de Molló, ahora, en 'Et vaig donar els ulls i vas mirar les tenebres' (Anagrama) explora las Guillerías, una zona boscosa, hábitat de lobos, maquis y del mismo demonio, que ofrece un pasto fértil a lo que debe ocultarse.
Crítica de libros
Crítica de 'Et vaig donar els ulls i vas mirar les tenebres', de Irene Solà: la voz de las mujeres feas y al margen
La escritora Irene Solà, en la sede de Anagrama. /
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