Crítica de teatro

'¡Que salga Aristófanes!': manual del buen reaccionario

Un momento de ’¡Que salga Aristófanes!’.

A finales de los 70 se transformaron en un símbolo de la libertad de expresión, consejo de guerra mediante, y más tarde ejercieron de azote del pujolismo. Ahora las tornas han cambiado y los poderosos ya no parecen el objetivo a cabrear, más bien al contrario. Els Joglars vuelven a Barcelona superado ya el autoexilio que impuso Albert Boadella cuando el 'procés'. Ahora, bajo el liderazgo de Ramon Fontserè presentan obra para celebrar los 60 años de actividad de la compañía, un récord viviente. En '¡Que salga Aristófanes!' (Teatre Apolo) quieren tirar del hilo de la libertad de expresión pero se enredan y acaban enmarañados. Lo que acabamos presenciando es un manual de tópicos reaccionarios, argumentario para señoros, neorrancios y otras criaturas que se desenvuelven mal en un presente que aspira a ser menos casposo.